El 30 de noviembre, científicos de Moscú recuperaron un virus zombi que había estado enterrado bajo un lago congelado en el país durante 48.500 años. Según el New York Post, los investigadores provocaron miedo en la población con la posibilidad de un nuevo pandemia después del renacimiento de esta cepa. Obtenga más información sobre esta noticia.
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El calentamiento global está descongelando enormes franjas de tierra "permanentemente congelada" que cubre el hemisferio norte. Este evento ha generado efectos perturbadores al liberarse materiales orgánicos como gérmenes, microbios celulares y virus que han estado inactivos desde tiempos prehistóricos.
La situación podría volverse aún más desastrosa si el resurgimiento de estos seres microscópicos provoca enfermedades mortales para la población mundial actual. ¿Estás listo para experimentar algo como esto otra vez?
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Según el New York Post, los científicos revivieron algunos "virus zombis" para investigar criaturas que despiertan del permafrost, es decir, del suelo helado. El más antiguo de estos, Pandoravirus redoma, tenía 48.500 años, rompiendo el récord de un virus de 30.000 años identificado en Siberia en 2013 por los mismos investigadores.
Science Alert dijo que la nueva cepa se encuentra entre los 13 virus del estudio y que cada uno de ellos tiene su propio genoma y el potencial de ser infeccioso, lo que representa un peligro para el salud de la sociedad. Por lo tanto, se cree que las pandemias como la del Covid-19 se volverán frecuentes, ya que el derretimiento del permafrost libera virus latentes durante mucho tiempo con potencial nocivo.
Los científicos dijeron que es legítimo reflexionar sobre los riesgos de que las partículas virales antiguas vuelvan a entrar en la circulación a través del derretimiento de capas viejas de suelo. Según ellos, lamentablemente estos descubrimientos pueden ser solo la punta del iceberg epidemiológico, ya que aún quedan más virus en hibernación por descubrir en los próximos años.
Otro punto de gran preocupación se refiere al círculo vicioso, ya que la materia orgánica liberada por el derretimiento del hielo se descompone en dióxido de carbono y metano, aumentando el efecto invernadero y el deshielo. Por lo tanto, se necesita más investigación para evaluar el nivel de infectividad de los virus desconocidos cuando se exponen a todas las variables ambientales, como la luz, el calor y el oxígeno.