La mujer no cedió su asiento junto a la ventana, que estaba siendo ocupado por un niño, pero se sintió frustrado al ver al niño llorando mientras el padre del niño no hacía nada para resolver la situación. Cabe señalar que no es raro comprar un boleto cuyo asiento está en el asiento y, cuando llegas en el avión o autobús, el asiento está ocupado por otra persona. Vea lo que sucedió en este caso para comprender realmente qué tan común es este problema.
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La mujer compró un boleto para sentarse en la ventana. A pesar de pagarlo, el lugar estaba... lleno.
Una mujer que necesitaba tomar un vuelo internacional compró un boleto de asiento junto a la ventanilla. Al llegar al avión, se encontró con un niño en su lugar, por lo que decidió hablar con el padre del niño. Este, en lugar de pedirle a su hijo que fuera al lugar correcto, le dijo a la mujer que era solo un niño, por lo que debería sentarse en otro lugar.
Para ella eso era inaceptable, así que hizo que el padre sacara al niño de su asiento. Como el viaje era difícil para ella, la mujer quería sentirse mejor viendo la vista a través de la ventana. Sin mencionar que tenía derecho a sentarse allí, ya que pagó extra por el asiento.
Es fundamental resaltar que este tipo de problema es muy frecuente, ya que la gente piensa que puede sentarse en cualquier parte del transporte, pero no es así como se determinan los derechos, ya que aquellos que han pagado por un asiento específico deben sentarse en él.
Este caso de la mujer que repercutió en Internet solo demostró que muchas personas pasan por este tipo de situaciones y se sienten culpables por pedir a los que están ahí que se vayan, lo cual es natural. En general, reforzamos: es necesario conocer tu asiento y tus derechos como pasajero.