La universalización del acceso a internet (en teoría) permitió al sector educativo operar en el período de pandemia y aislamiento social. De hecho, la transformación digital ha abierto un abanico de oportunidades que hasta entonces no podíamos imaginar. Sin embargo, esta dinámica también abrió espacio para que ciberdelincuentes y personas con malas intenciones actuaran también en este contexto.
Ante ello, teniendo en cuenta un estudio de Check Point Research, a nivel mundial, la educación y Las búsquedas tuvieron el mayor volumen de ataques en 2021, con un promedio de 1.739 ciberintrusiones semanales por organización.
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Así, en más de la mitad de los países evaluados en este estudio, la educación es el sector que más sufre el impacto de las invasiones cibercriminales, siendo el sector más afectado con el 94% de los ataques.
Con respecto a Brasil, analizando el escenario nacional, el número de ciberdelincuentes por organización aumentó alrededor de un 19%, convirtiéndose en el 17° país que más ataques sufrió al sector educativo, como invasión de clases en línea, defensa de tesis y disertaciones, entre otros. Ante este escenario, muchas instituciones educativas comenzaron a invertir en el sector de la seguridad cibernética, para evitar este tipo de vergüenzas que, hasta entonces, no se entienden razón.
Geógrafo y pseudoescritor (o no), tengo 23 años, soy de Rio Grande do Sul, amante del séptimo arte y todo lo que implica comunicación.