Uno nuevo estudio demuestra que las personas ciegas son más hábiles para sentir los latidos de su propio corazón que las personas videntes. Estos resultados sugieren que la falta de capacidad para ver el entorno externo puede aumentar la conciencia interna.
Evaluar la sensibilidad de diferentes grupos de población a sus propios latidos cardíacos insuficiencia cardíaca, un estudio controló la frecuencia cardíaca de 36 personas ciegas y 36 videntes normal. Además, se pidió a cada participante que contara los latidos de su corazón sin hacer contacto físico con su propio cuerpo.
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Los resultados mostraron que las personas ciegas tenían una precisión promedio de 0,78, mientras que las personas videntes registraron una precisión promedio de 0,63, lo que enfatiza cómo las habilidades sensoriales pueden amplificarse en personas con discapacidades visual.
"Esto sugiere que la plasticidad cerebral después de la ceguera conduce a una capacidad superior para detectar señales del corazón, lo que tiene implicaciones para el estudio de la conciencia corporal y el procesamiento emocional en personas ciegas”, escriben los investigadores en su artículo publicado.
El término técnico para la sensibilidad a los estímulos internos del cuerpo es intercepción. Hasta ahora, no estaba claro cómo la neuroplasticidad en las personas ciegas, la adaptación del sistema nervioso a la mala visión, podría afectar la interocepción.
Queda por ver por qué la interocepción mejora en las personas ciegas, una pregunta que este estudio no responde, pero es algo que podría abordarse en futuras investigaciones. El equipo también sugiere que las personas ciegas pueden estar detectando señales de latidos cardíacos de áreas del cuerpo distintas del corazón.
Según la neurocientífica Dominika Radziun, del Instituto Karolinska de Suecia, “sabemos que las señales del corazón y las emociones están estrechamente entrelazadas”.
La neurocientífica Dominika Radziun del Instituto Karolinska en Suecia sugiere que “cuando experimentamos miedo, nuestro corazón late más rápido. Es posible que la mayor sensibilidad de las personas ciegas a las señales de su propio corazón también afecte sus experiencias emocionales".
Lo interesante es que los dos grupos no mostraron grandes diferencias en su frecuencia cardíaca real o en su capacidad para sentir que estaban siendo monitoreados. Esto sugiere que la diferencia entre los grupos está relacionada con la interocepción.
Los autores del nuevo estudio sugieren que diferentes partes del cuerpo, relacionadas con el procesamiento de las señales cardíacas, como la ínsula anterior del cerebro – una región de la corteza insular involucrada en la regulación de los sentimientos subjetivos – podría ser analizada específicamente para profundizar en esto buscar.
Al igual que con muchos estudios sobre la ceguera, los hallazgos no solo nos brindan más información sobre cómo es vivir sin visión y cómo el cerebro y el cuerpo se adaptan, sino también sobre las capacidades y la versatilidad del cerebro en general.
Según Radziun, “esto nos proporciona información importante sobre la plasticidad del cerebro y cómo la pérdida de un sentido puede potenciar a otros, en este caso, la capacidad de sentir lo que sucede dentro de su propio cuerpo”.