La población se puso en alerta tras la pandemia y comenzó a buscar algunos métodos para prevenir enfermedades, fortaleciendo el sistema inmunológico. Sin embargo, en este artículo verás que, entre las medidas tomadas, el uso de los suplementos vitamínicos que se venden en las farmacias vio incrementado su uso por parte de la población creyendo que sería bueno para la salud. Sin embargo, esto causó varios problemas para el organismo. ¡Vea mas!
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Se sabe que nada en exceso es bueno. Así, la exageración en el consumo de suplementos vitamínicos, la mayoría de las veces, puede provocar un grave daño al cuerpo, aunque las vitaminas son nutrientes de suma importancia para nuestro cuerpo.
Así, según Ana Paula Michelin, coordinadora del curso de Farmacia de Unopar, el consumo de vitaminas sólo debe ser realizado por personas que no tienen la cantidad ideal en el organismo. Además, dice que aunque las vitaminas y los suplementos son bienvenidos, usarlos innecesariamente no traerá beneficios para la salud.
Cuando se consume en exceso, la mayoría de las vitaminas son eliminadas naturalmente por el cuerpo. Sin embargo, hay algunos, como el A, D, K y E, que acaban acumulándose en nuestro organismo y pueden provocar varias consecuencias.
El exceso de vitamina D, por ejemplo, puede causar cálculos renales, pérdida de la función renal y, en los ancianos, cierta confusión mental. Además, otros síntomas como pérdida de apetito, náuseas, vómitos, debilidad, nerviosismo y presión arterial alta se presentan mucho en este caso.
Incluso las vitaminas, como la C y el complejo B, que se expulsan por la orina, pueden provocar alguna intoxicación si se utilizan de forma exacerbada. Junto a esto, en peores situaciones, estas vitaminas pueden acabar sobrecargando los riñones a la hora de filtrar el exceso de estas sustancias.
Se sabe que la automedicación no es buena para la salud. Por tanto, si crees que a tu organismo le falta algún nutriente, lo mejor que puedes hacer es acudir al médico. Por ello, para Michelin es fundamental el seguimiento con el profesional responsable, y también es interesante controlar, mediante pruebas de laboratorio, si la suplementación ha alcanzado su objetivo.
Si hay una deficiencia de vitaminas, a menudo es necesaria una ingesta suplementaria. Sin embargo, la forma más efectiva de evitar esta falta de nutrientes es mantener una dieta saludable, consumiendo vegetales, proteínas, frutas y grasas buenas.
Recordar que la sustitución por suplementos vitamínicos sólo se recomienda en casos puntuales. Por ejemplo, personas que tienen restricciones dietéticas, que no consumen un tipo de alimento específico o que tienen una dieta restrictiva. Aun así, existen enfermedades que dificultan la absorción de nutrientes, o que tienen un marco de desnutrición.
Las vitaminas son indispensables porque participan en la regulación de muchos procesos vitales de nuestro organismo. Además, existen análisis de sangre que miden la cantidad de vitaminas en el cuerpo y ayudan al médico a determinar, si es necesario, la dosis correcta de suplementos que normalizará esto.
Sin embargo, se sabe que la mayoría de las vitaminas se obtienen a través de una dieta equilibrada. Por eso, es crucial que tu alimentación diaria contenga verduras, carnes, huevos, leche y frutas, por ejemplo. Finalmente, comprenda que la carencia puede ser dañina, pero también lo puede ser el exceso.
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