Solo aquellos que no estudian pueden encontrar fácil ser un estudiante. Por mucho que el curso o materia sea interesante, requiere un esfuerzo por parte del alumno, ya que necesita tiempo para dedicarse a ellos. Hay simulacros, pruebas, seminarios, ejercicios de evaluación, debates, trabajos, entre otros.
En estas condiciones, conciliar un trabajo fijo o unas prácticas requiere mucho control. Para hacernos una idea, mucha gente deja su puesto para hacer una prueba de acceso o presentarse a un concurso público. Esta acumulación de tareas por parte de quienes se comprometen a estudiar puede generar sensación de estrés, causada por el cansancio y la ansiedad.
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Muchas personas se enfrentan a esta situación y no saben cómo reaccionar ante ella. Para ayudarte a calmarte y combatir o aliviar el estrés durante la vida académica, te vamos a presentar algunas actitudes sencillas que pueden marcar la diferencia, trata de insertarlas en tu rutina.
Una persona que no sabe a dónde quiere ir difícilmente llegará allí. Aunque sea un pequeño logro, realizado en pocas horas, despierta el sentimiento de realización. Priorizar y enumerar sus tareas es una excelente manera de evitar sobrecargar su día de estudio.
Trate de mantener el enfoque en las actividades que nombró como las más importantes, ya sea una simulación que está a punto de realizarse o un seminario que se debe impartir a largo plazo. Lo importante es que estés al tanto de todos ellos y no pierdas de vista tu escala de prioridades.
La práctica de ejercicios físicos siempre será bienvenida en tu rutina, pues colaboran para tu desempeño en los estudios. Ejercitar el cuerpo es súper indicado para combatir el estrés y eliminar algunas sensaciones negativas, como el cansancio y la ansiedad.
Las actividades físicas tienen la función de reducir la tensión y también contribuyen a relajar la mente, especialmente durante la semana de pruebas, cuando el nivel de carga es aún mayor.
Además de practicar ejercicios físicos, es importante que te tomes un tiempo para dedicarte. Encuentre un momento en su día para hacer algo que disfrute fuera de los límites del salón de clases. Hay varias sugerencias, entre ellas ir al cine, hacer un picnic, escuchar música, leer un libro de tu gusto personal, practicar algún deporte, entre muchas otras actividades.
Esta práctica sin duda tendrá una gran influencia en tu calidad de vida, ya que tendrás la sensación de contribuir a tu bienestar. Ante esto, te sentirás menos sobrecargado, además de mejorar tu rendimiento académico.
Muchas personas están muy dedicadas a sus estudios, pero se olvidan de evaluar su progreso. Por irrelevante que parezca, es fundamental reflexionar sobre los propios avances a lo largo del año escolar.
Se indica que anotes tus principales logros a lo largo del día, por ejemplo, un buen desempeño en un examen o un proyecto elogiado por el profesor o compañeros. Todo esto es sugerido para que no pierdas de vista cuánto has mejorado con el tiempo y reconozcas que la dedicación valió la pena.
Por mucho que sea importante seguir una rutina bien organizada para asegurar la calidad del estudio y mantener la disciplina, es importante que se adopten nuevas formas de aprendizaje para liberarte en el aburrimiento.
Apostar por una videolección, un nuevo libro, estudiar en grupo o incluso en un nuevo entorno puede hacer que te quites el peso de la obligación de estudiar y te sientas más libre para innovar. Estas actitudes también pueden colaborar para expandir tu creatividad en la planificación y ejecución del trabajo.