La vida en sociedad trae muchas consecuencias a nuestra rutina y experiencia diaria, empezando por la repetición de conductas. Esto significa que todos nos desarrollamos a medida que vivimos juntos y percibimos a los demás. A partir de esto es posible pensar Ocuánto somos influenciados por los demás, entender.
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La psicología del Desarrollo Humano demuestra que prácticamente todo lo que desarrollamos en la personalidad proviene de la influencia de otros seres humanos. Esto se debe a que somos seres muy influyentes que logramos desarrollarnos plenamente mientras estamos en sociedad.
De esta manera, la forma en que nos comportamos e incluso nos sentimos es un reflejo de nuestras relaciones. Comenzando con las relaciones que desarrollamos con los primeros humanos con los que entramos en contacto, nuestros padres. Pero no solo eso, porque otros entornos, como la escuela, la iglesia y los círculos de amistad, ¡nos influyen mucho!
De hecho, es precisamente por eso que las ciencias sociales pueden desarrollar estudios sobre el comportamiento social o la cultura de una sociedad. Al fin y al cabo, la cultura no es más que una repetición de actitudes, hábitos y pensamientos entre aquellos con los que convivimos en sociedad.
Para ejemplificar mejor esta relación, necesitamos hablar de lo que la Psicología entiende como el “efecto rebaño”. Consiste en repetir conductas que son muy comunes en una determinada comunidad. Por ejemplo, es más probable que nos guste o no una persona dependiendo de cómo se relacione la comunidad con ella, si les gusta o no.
Además, el efecto rebaño puede expresarse en situaciones de desesperación o histeria colectiva. Por ejemplo, la desesperación de una comunidad por una catástrofe ambiental posible o percibida puede extenderse fácilmente. Esto se debe a nuestra capacidad de tener en cuenta lo que dicen los demás, es decir, de influir en nosotros mismos.
Así, podemos pensar en “epidemias” de desesperación que solo suceden en la cabeza de las personas de una comunidad. Como cuando un grupo de personas ve a otro grupo corriendo hacia ellos, lo que genera automáticamente la idea de peligro, y luego todos empiezan a correr. Este es precisamente el efecto rebaño.