
¿Debe Brasil prohibir los teléfonos móviles en las aulas? Este es un tema que ha cobrado relevancia, especialmente después de que países como Holanda, Finlandia y Franciaadoptar fuertes medidas restrictivas en cuanto al uso de dispositivos electrónicos en las escuelas.
Mientras algunos expertos defienden el uso de estas herramientas como aliados en el proceso de aprendizaje, otros advierten de la necesidad de reglas y moderación. Vamos a entender los puntos de cada lado a continuación.
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La presidenta del Instituto de Singularidades, Claudia Costin, destaca la importancia de un “término medio” en el debate sobre el uso de dispositivos electrónicos en el aula. Ella enfatiza que los estudiantes necesitan desarrollar dos tipos de alfabetización: una proveniente de libros físicos y otra del mundo digital.
Algunos países europeos han adoptado un enfoque pedagógico del uso de la electrónica en el aula, reservando momentos específicos para su uso. Dichas herramientas se consideran importantes, con plataformas adaptativas y soluciones gamificadas incorporadas a la enseñanza.
(Imagen: Shutterstock/Reproducción)
En el Brasil, el uso de la electrónica en las escuelas es aún poco estudiado. La gerente de políticas educativas de la ONG Todos Pela Educação, Ana Gardennya Linard, destaca la importancia de la investigación sobre la impacto de estas tecnologías en el aprendizaje, especialmente después del aumento significativo en el uso de teléfonos inteligentes durante pandemia.
Destaca una guía de la Unesco de 2015 que demuestra cómo la tecnología puede ser un aliado en el desarrollo de la educación, siempre y cuando sea moderada por docentes.
Ambos expertos coinciden en que la tecnología puede ser beneficiosa para la enseñanza, pero apuntan a la necesidad de controlar su uso. Se sugiere como medida importante un plan nacional de concientización sobre el uso responsable de la tecnología en la enseñanza.
Sin embargo, Ana Linard señala que, antes de eso, el país necesita enfrentar el tema de la desigualdad en el acceso a la tecnología. Durante la pandemia, se hizo evidente que muchos estudiantes enfrentan dificultades de aprendizaje, debido a la falta de acceso adecuado a los dispositivos electrónicos junto con el rápido avance tecnológico del estado.
En definitiva, el debate sobre el uso de los teléfonos móviles en el aula requiere un equilibrio entre los beneficios de tecnologíay la necesidad de imponer límites para evitar distracciones y daños al aprendizaje.
Además, es crucial asegurar que todos los estudiantes tengan igual acceso a las herramientas tecnológicas, con el objetivo de promover una educación más inclusiva y eficiente para todos.