La ingesta adecuada de verduras, frutas y verduras es un factor clave para mantener la salud y prevenir enfermedades no transmisibles, como obesidady entre otras enfermedades.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se recomienda consumir al menos 400 g de estos alimentos al día, lo que equivale a 5 raciones de 80 g cada una.
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Al incluir estos alimentos en nuestra dieta de manera regular, podemos obtener varios beneficios para nuestro bienestar y calidad de vida. Las frutas, verduras y verduras son fuentes ricas en vitaminas, minerales, fibra y antioxidantes, que ayudan a fortalecer el sistema inmunológico y mantener el cuerpo sano.
En Brasil, comer una buena variedad de verduras, frutas y verduras todavía es impopular. Según datos de 2019 de Vigitel, que mapea factores de riesgo y protección frente a enfermedades crónicas, menos del 50% de la población adulta consume estos alimentos de forma habitual.
Sin embargo, la formación de hábitos alimenticios saludables desde la niñez es sumamente importante para promover una vida adulta sana y equilibrada.
Sin embargo, es común que algunos niños desarrollen selectividad alimentaria en algún momento de su desarrollo, lo que puede preocupar a los padres.
Según el Dr. Jessica Cavalcante, directora del Instituto Neuro y especialista en el tema, es importante que los padres y cuidadores estén atentos a las señales de selectividad alimentaria en los niños.
Esta selectividad se caracteriza por la constante negativa a comer ciertos alimentos, a menudo debido a la textura, el color o el sabor de los alimentos.
La selectividad alimentaria se puede identificar cuando el niño tiene una preferencia excesiva por un número gama limitada de alimentos y es resistente a probar nuevos sabores o alimentos fuera de su zona de confort alimentar.
El experto destaca que la selectividad alimentaria, cuando se exagera o persiste más allá de los primeros años de vida, puede conducir a desequilibrios nutricionales.
En situaciones más extremas, esta selectividad puede evolucionar hacia una condición denominada trastorno alimentario restrictivo por evitación, que requiere la intervención de profesionales de la salud.
Los desequilibrios nutricionales resultantes de la selectividad alimentaria pueden afectar el desarrollo y la salud del niño, Alterar la ingesta adecuada de vitaminas, minerales y otros nutrientes esenciales para el crecimiento y el funcionamiento adecuados. del organismo
Para combatir la selectividad alimentaria en los niños, el Dr. Jessica Cavalcante aconseja crear un ambiente que estimule la curiosidad y la experimentación con la comida. Se recomienda un enfoque gradual, introduciendo nuevos alimentos con cuidado y respeto.
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