En Brasil, la intimidación es algo que a menudo se toma a la ligera. Las consecuencias del bullying pueden ser devastadoras, por ejemplo para los jóvenes de la generación Y, ya que muchos sufren con los remanentes de bullying sufridos en el pasado, que pueden causar daños en varios aspectos de la vida profesional.
Sé lo que es eso, ya que también fui intimidado en la escuela. En ese momento, toda la escuela dejó de hablarme, lo cual fue muy difícil de soportar. Los maestros sabían lo que estaba pasando, pero no hicieron nada para ayudarme. Desafortunadamente, esta es una realidad muy común en Brasil.
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Sé que en otros países, como Corea del Sur, el bullying se toma mucho más en serio. Allí, las consecuencias para los acosadores son mucho más graves. La intimidación resulta en un castigo más severo, yendo directamente al registro del estudiante. Clasifican el bullying en 9 castigos, siendo el más grave la expulsión. Si en Brasil adoptáramos un sistema similar, los estudiantes sabrían que esto podría incluirse en su expediente académico, e incluso un caso leve de violencia podría ser castigado.
Brasil necesita tomarse el bullying más en serio. Las escuelas y los docentes deben actuar con más energía para combatir este tipo de violencia. Esto puede ayudar a prevenir consecuencias más graves en el futuro, como problemas de salud mental e incluso el suicidio.
No podemos permitir que esta cultura de intimidación continúe siendo tolerada en nuestras escuelas. Debemos actuar ahora para garantizar que las generaciones futuras puedan crecer en un entorno seguro y saludable.
¿Alguna vez has sido víctima de bullying? Envíenos su historia por correo electrónico "[email protected]" para que podamos compartir su historia. No te preocupes, publicaremos de forma completamente anónima.
