Una cirugía es siempre un momento delicado y frágil para una persona debido a los riesgos que este procedimiento puede presentar.
Para ello, existen médicos titulados que trabajan en la operación para que se produzca de la mejor forma posible. Pero a veces, inevitablemente, puede haber complicaciones.
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Este es el caso de una cirugía cardíaca de emergencia realizada a un hombre en la década de 1960. Su complicación fue algo inusual. En el momento en que el hombre estuvo en la mesa de operaciones, su pecho, que estaba abierto, comenzó a incendiarse. Afortunadamente, los médicos pudieron apagar el fuego y culminar con éxito la operación sin mayores complicaciones.
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El incidente fue reportado en la conferencia internacional Euroanaesthesia. Es una convención anual de la Sociedad Europea de Anestesiología.
Según el informe médico, el hombre sufrió una disección de la aorta ascendente, que es una ruptura potencialmente fatal en la pared interna de la arteria principal que bombea sangre del corazón al resto del cuerpo. Así que tuvo que ser llevado de urgencia a cirugía.
Su enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) provocó complicaciones en el procedimiento. Por eso, para llegar al corazón del hombre, los médicos tuvieron que abrirle el esternón, que es el hueso que está en medio del pecho.
Hecho esto, los profesionales vieron que el pulmón derecho del hombre estaba unido al esternón. Y además, se dañaron pedazos de tejido pulmonar.
Por lo general, se forman burbujas de aire en las personas que tienen EPOC. Y cuando los médicos trataron de sacar con cuidado el pulmón derecho del esternón del hombre, terminaron perforando una de esas ampollas. Con eso, hubo una gran fuga de aire.
Para evitar que el paciente experimentara molestias, los médicos aplicaron más anestesia y cambiaron el flujo de aire que estaba recibiendo el hombre al 100 %.
Así, tan pronto como se incrementó el flujo de aire, una chispa del electrocauterio (un dispositivo que usa calor para quemar o cortar tejido) cayó dentro de la bolsa. Y debido al aire rico en oxígeno alrededor del pecho del hombre, finalmente se creó el fuego. Afortunadamente, los médicos lograron apagarlo rápidamente y no hubo daño para el paciente.
Afortunadamente, la cirugía fue manejada por los médicos y se desarrolló normalmente sin ningún problema, logrando reparar con éxito la arteria del hombre. Después de este incidente, los médicos fueron a investigar otros casos similares. Se encontraron seis casos, todos los cuales involucraron bolsas secas.
Por más raro que sea este tipo de evento, debe estar atento, especialmente los médicos, deben conocer los procedimientos necesarios en este caso.
“En particular, los cirujanos y anestesistas deben ser conscientes de que pueden producirse incendios en la cavidad torácica si un pulmón dañado o si hay una fuga de aire por cualquier motivo, y que los pacientes con EPOC corren un mayor riesgo", dijo Ruth Shaylor.