Cuando un país es significativamente más fuerte que sus vecinos, no es probable que permanezcan en paz por mucho tiempo. El país con la mano de obra militar más fuerte y el mayor acceso a los recursos eventualmente desafiará y posiblemente conquistará a los países más débiles.
Al menos ese es el mundo según la teoría del equilibrio de poder. Esta teoría, que se remonta al conflicto entre las ciudades-estado griegas, dice que cada nación está más segura cuando tiene los mismos poderes y capacidades militares.
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Muchos países modernos, como Estados Unidos y Canadá, han construido un equilibrio de poderes en sus sistemas de gobierno. En Brasil, el Poder Legislativo elabora y aprueba las leyes. El Poder Judicial interpreta y define la aplicación de la ley. El Presidente dirige a través del Poder Ejecutivo. Estas tres ramas existen para que ninguna pueda dominar a las otras.
La teoría del equilibrio de poder llevó a los líderes a reconocer que la paz era posible si ningún estado tenía demasiado poder. Una de las herramientas vitales para asegurar este equilibrio fue la construcción de alianzas. Los estados también han respondido al crecimiento militar desenfrenado en sus vecinos desarrollando sus propias capacidades militares.
No todos los países han invertido en equilibrar los poderes dentro de su propio gobierno. Sin embargo, muchos han visto la utilidad de hacerlo. Países como Estados Unidos y Canadá han creado sistemas de equilibrio para que cada sucursal sea autónoma y pueda garantizar que otros departamentos no tomen demasiado control.
En los Estados Unidos, por ejemplo, el presidente puede vetar las leyes aprobadas por el Senado o el Congreso. Sin embargo, también existe un proceso que puede anular un veto si el presidente usa demasiado ese poder.
Grupos como la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) o las Naciones Unidas (ONU) trabajan para mantener la paz y la cooperación entre las naciones. Estos grupos ayudan a equilibrar el poder a nivel mundial al facilitar las conversaciones. A veces, estos organismos intervienen cuando los estados se vuelven demasiado poderosos para la seguridad de sus vecinos.
En la sociedad contemporánea, existe una concentración desigual de la riqueza y el poder entre los estados, por lo que estas organizaciones se esfuerzan por garantizar que los países menos poderosos tengan voz en la política Internacional.