Hace poco tiempo, el gobierno federal difundió un documento en el que se establecía un mínimo existencial para el pueblo brasileño. En definitiva, se trata de una novedad relacionada con la Ley de Sobreendeudamiento, que si bien fue aprobado hace más de un año, aún no había establecido un monto fijo para quienes tenían deudas vencidas. Ese valor fue determinado en ¼ de salario mínimo, o sea, aproximadamente R$ 303,00. Sin embargo, esta cantidad terminó generando muchas críticas por parte de expertos y también de entidades vinculadas al derecho del consumidor.
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Para aclarar mejor, debido a esta ley aprobada, el monto de R$ 303,00 sería el mínimo de la renta del ciudadano que debe ser resguardado en los casos de renegociación de la deuda. Básicamente, en los acuerdos realizados con bancos u otros acreedores para poder pagar alguna deuda vencida, no se puede utilizar esta cantidad. El valor mínimo de R$ 303,00 ha sido visto como la cantidad más pequeña que el pueblo brasileño necesitaría para poder mantenerse. Esta nueva norma que establece la ley rige a partir de este mes de septiembre, unos 60 días después de su publicación.
En resumen, las deudas que ya estaban negociadas antes de este decreto o que fueron contraídas a partir de la solicitud de un préstamo de nómina acaban por no entrar en el mínimo existencial. Esta regla también se aplica a los préstamos relacionados con alguna actividad productiva o empresarial, las cuotas de financiación, los préstamos garantizados y el crédito rural.
Siempre en el mismo tema, según Ione Amorim, actual coordinadora del Programa de Servicios Financieros del IDEC, esta regulación vino a beneficiar a las instituciones financieras.
“El gobierno creó la ley hace un año y ahora define el mínimo existencial del 25% con base en el salario mínimo vigente, que equivale a R$ 303, menos que el valor promedio de la Ayuda Brasil. Es decir, prácticamente otorga a los bancos la gestión del 75% de los ingresos de los consumidores”.
Y por último, pero no menos importante, el abogado Rômulo Saraiva dijo lo siguiente:
“Antes estaba el entendimiento de que solo se debía afectar el 30% de los ingresos y dejar libre el 70% para que la persona sobreviviera a fin de mes. Bolsonaro invirtió esta lógica, para deleite de las instituciones financieras y las empresas de crédito”.. Por esta ley, por lo tanto, cualquier tipo de presión sobre los deudores y acoso que implica recompensas a los consumidores, especialmente a personas analfabetas, mayores o vulnerable.
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