Es sabido que la timidez puede ser un obstáculo constante en la vida de miles de personas. En este sesgo, la vergüenza puede ser el resultado de trauma infantil que han sido interiorizados. Por eso, te hemos traído algunas soluciones para como no avergonzar a los niños.
Consulte el artículo completo ahora para acceder a esta información.
vea mas
Empleado prohíbe dormir a los niños cuando llegan a la guardería
8 señales que demuestran que la ansiedad estuvo presente en tu…
Lea mas: Los traumas infantiles están vinculados a una vida adulta solitaria
Es un hecho que la vergüenza puede ser considerada una razón crucial en la realidad de las personas para que no logren lo que quieren. Ante esto, ligado al miedo, hace que muchos desistan de intentar llegar a donde quieren. De esta forma, es un tema que afecta directamente el día a día de las personas, permitiendo la aparición de problemas y afectando la salud mental de cada uno.
Como se mencionó anteriormente, la vergüenza puede ser una consecuencia de traumas y problemas que sucedieron en la infancia y fueron interiorizados. Pensando en ello, creemos que es importante aportar soluciones sobre cómo evitar que tus hijos sufran este impasse en el futuro y qué actitudes deben evitar los responsables.
Primero, el trato estricto entre padres e hijos puede ser visto por muchos como una forma de educarlos. Sin embargo, esta forma de educación puede generar traumas y, en consecuencia, afectar a tu hijo y tu relación con él, generando inseguridad y culpa que no debe cargar.
Otro punto importante que se debe informar es cuando los padres proyectan sus frustraciones y estrés cotidianos en sus hijos. niños, siendo algo que ellos no tienen la culpa y terminan cerrándose cada vez más a los diálogos y barreras que ellos rostro. Vale la pena señalar que las elecciones de sus hijos son solo de ellos y no deben pertenecerle a usted.
Además, problemas como depresión, ansiedad, complejo de inferioridad y otros pueden ser consecuencias que la vergüenza puede traer y complicar cada vez más la vida de tu hijo. Tenga en cuenta cómo quiere que crezca su hijo y piense en la forma más saludable de lograrlo. Recuerda: el diálogo es fundamental.