A cafeína se sabe que es un estimulante que mantiene a la gente despierta y alerta. Pero en algunos, esta sustancia tiene el efecto contrario, haciéndolos sentir somnolientos en lugar de enérgicos.
Exploremos la razón fisiológica detrás de este efecto paradójico y comprendamos cómo la cafeína afecta el cerebro de algunas personas.
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El TDAH es una condición neuropsiquiátrica que afecta tanto a niños como a adultos, caracterizada por síntomas como falta de atención, hiperactividad e impulsividad.
Para muchas personas con TDAH, la cafeína proporciona una sensación de calma y relajación en lugar de aumentar la energía y el estado de alerta.
De acuerdo con Pasha Marlowe, un entrenador neurodivergente, la línea de base de las personas con TDAH es el caos, con pensamientos rumiantes e intrusivos.
La cafeína y otros estimulantes parecen pasar factura.
(Imagen: Pexels/Reproducción)
Esto se debe a que la cafeína interfiere con la molécula del cuerpo conocida como adenosina, que es responsable de causar somnolencia durante todo el día.
Con la cafeína que contrarresta los efectos de la adenosina, la hiperactividad y los pensamientos incesantes pueden disminuir, proporcionando una sensación de calma y somnolencia en algunas personas con TDAH.
A pesar del efecto de somnolencia, algunas personas con TDAH informan que la cafeína ayuda a aliviar sus síntomas.
Los estudios han demostrado que la sustancia ayuda a evitar la distracción que acompaña al TDAH, mejorando la capacidad de concentración y reduciendo la impulsividad.
Los soldados del Ejército de los EE. UU. con TDAH informaron que la cafeína los ayudó a mantenerse enfocados en tareas repetitivas y completarlas más rápidamente.
Es importante señalar que el sensibilidad a la cafeína puede variar de persona a persona, y no solo en personas con TDAH. Los problemas genéticos, la tolerancia individual a la cafeína y otros factores pueden influir en cómo la sustancia afecta a cada individuo.
Si bien puede tener beneficios para algunas personas con TDAH, es fundamental usarlo con moderación y responsabilidad. Demasiada cafeína puede provocar efectos secundarios no deseados, como insomnio, ansiedad y nerviosismo.
La cantidad diaria recomendada de cafeína para adultos sanos es de 400 miligramos, lo que equivale aproximadamente a cuatro tazas de café.
En resumen, es seguro decir que la sensibilidad a la cafeína varía entre las personas, y para algunas con TDAH, la sustancia consigue proporcionar una sensación de calma y somnolencia, en lugar de energía y alerta.
La cafeína aún puede ser una herramienta útil para ayudar a controlar los síntomas del TDAH, pero es importante usarla de manera responsable y ser consciente de los efectos individuales.
Si tienes TDAH y estás pensando en tomar más café como parte de tu tratamiento, siempre es recomendable consultar a un salud para una orientación adecuada.