O Supremo Tribunal Federal (STF) definió, en una sesión realizada la semana pasada, que la educación en el hogar en Brasil, o educación en el hogar, no debe ser considerado un medio lícito de educación hasta que exista una ley que lo regule. De acuerdo con la mayoría de los ministros, la admisión de la modalidad sólo debe ocurrir mediante reglamentos emitidos por el Congreso Nacional.
De los diez votantes, sólo Luís Roberto Barroso, relator del tema, se pronunció a favor de la constitucionalización de la educación en el hogar en el país, considerando la escolarización obligatoria como una especie de de “paternalismo”. Sin embargo, la propuesta recibió nueve votos en contra por distintos motivos. Para Alexandre de Moraes, se debe reconocer el derecho de los padres a cuidar la educación de sus hijos, tal como lo prevén los artículos 205 y 227 del CF.
vea mas
IBGE abre 148 vacantes para Agente de Investigación Censal; ver cómo…
Publicada ley que establece el 'Programa para la Adquisición de…
Aún citando el texto de la Constitución, el ministro mencionó el artículo 226 que garantiza la libertad para establecer la planificación familiar. Sin embargo, esto debe hacerse en asociación con el Estado y el Parlamento debe establecer requisitos de control de asistencia, evaluación pedagógica y socialización, evitando así la evasión escuela. El voto más crítico sobre la educación en el hogar lo dio el ministro Luiz Fux.
Según él, la Constitución no prevé la legalidad de la educación en el hogar al establecer reglas generales que no contemplan esta modalidad. Además, la ministra considera la educación en el hogar como una de las formas de encubrir el maltrato y la violencia, así como el endurecimiento moral. Como base para su voto, Fux mencionó su experiencia como fiscal durante la cual tuvo contacto con familias opresoras.
En su intervención comentó que “el 24,1% de los agresores de niños son sus padres o padrastros”. La ministra también mencionó a Rita Hipólito, del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, destacando el papel del educador como coadyuvante en el ciclo de violencia contra los menores. Otro argumento utilizado por Luiz Fux fue la convivencia escolar, algo que teóricamente se impediría en situaciones de homeschooling.
Toda la discusión sobre la regulación de la educación en el hogar proviene del Recurso Extraordinario 888815 cuyo origen se refiere al mandato judicial presentado por una familia de Rio Grande do Sul en 2016. Los padres de una niña apelaron a la negativa de las autoridades municipales de educar a la menor en casa. Después de llegar al nivel estatal, la familia recibió instrucciones de inscribir a su hija en el sistema escolar regular.
Hasta la sesión del STF, la educación en el hogar en Brasil no estaba prohibida, pero encontró obstáculos en tres textos: Constitución Federal, Estatuto del Niño y del Adolescente, además del Código Penal. La primera establece que la educación es función del poder público. Este último, a su vez, prevé la sanción de los padres que se adhieran al sistema por abandono intelectual bajo pena de multa o prisión de hasta un mes.
A pesar de las olas contrarias, la Asociación Nacional de Educación en el Hogar (Aned) señala que 7 mil familias han adoptado el homeschooling como forma de enseñanza de sus hijos. Alrededor del mundo, más de 60 países brindan respaldo legal al modelo educativo, siendo Estados Unidos el mayor partidario. En Brasil, la Propuesta de Reforma a la Constitución 444, en 2009, pasó por el Congreso, pero fue archivada en 2015.