A pesar de mostrar avances en los índices de pobreza infantil, ante la calamidad de la pandemia del covid-19, que ha golpeado al país, en los últimos tres años, el país ha visto duplicarse la tasa de analfabetismo entre niños.
La triste conclusión forma parte del informe 'Pobreza multidimensional en la infancia y la adolescencia en Brasil', publicado este martes (10) por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
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Si bien muestra que el porcentaje de personas, de hasta 17 años, 'con algún tipo de privación' cayó del 66,1% al 62,9% en 2019 y al 60,3%, en 2022, este nivel corresponde a 31,9 millones de niños y adolescentes, de un total de 52,8 millones, pertenecientes a este rango edad. “Una tendencia a la baja que todavía creemos que es muy lenta”, admite el especialista en políticas sociales de Unicef, Santiago Varella.
“Mirar la pobreza multidimensional, con la perspectiva temporal de 2022, es muy relevante, porque empezamos a entender qué significa la recuperación de la pospandemia para la vida de niños y adolescentes”, añade Varella.
Mucho más allá de la aparente "frialdad" de los datos, su análisis nos permite identificar un patrón de disparidades regionales y raciales, como las que presentan el Norte y Noreste, que presenta los peores índices de niños y adolescentes con algún tipo de privación, en el que ningún estado estuvo por debajo del 70%, lo que indica las peores condiciones de vida.
Los mayores destaques negativos fueron los estados de Pará, Amapá, Maranhão y Piauí, todos por encima del 90%. Por el contrario, las regiones Sur y Sudeste tuvieron las mejores tasas, con destaque para São Paulo, con la mejor tasa nacional, con el 37%, seguida por el Distrito Federal, con el 37,6%.
Como forma de medir el nivel de pobreza multidimensional, Unicef tiene en cuenta el acceso de niños y adolescentes a seis derechos básicos: ingresos, educación, información, agua, saneamiento y vivienda.
También se consideran, desde situaciones de privación intermedia -cuando hay dificultades para ejercer derechos- hasta extremas, cuando no hay acceso. Esta información es recopilada por Unicef, a partir de la Muestra Continua de Hogares (Pnad Continua), del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE). “Partimos del principio de que los derechos de los niños son una prioridad y todos son igualmente importantes”, explica Varella.
El color también es otra diferencia de peso, debido al concepto de pobreza multidimensional, ya que, mientras el 48,2% de los blancos tenía alguna privaciones, este porcentaje saltó al 68,8%, en el caso de las personas negras, una diferencia de 20,6 puntos porcentuales (p.p.) en 2022, que fue de 22,1 p.p. en 2019.