En la cocina, el cebolla y el ajo Son ingredientes fundamentales para dar sabor y aroma a los platos.
Muchas veces sólo utilizamos la pulpa de estas verduras, sin tener en cuenta las cáscaras, que normalmente se desechan como residuos inútiles.
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Lo que muchos no saben es que las cáscaras de ajo y cebolla se pueden reutilizar de formas sorprendentes, convirtiéndose en el base para crear un sal templado capaz de realzar el sabor de nuestros platos.
Existe una receta que no sólo agregará un delicioso sabor a tus comidas, sino que también se destaca como un forma inteligente de aprovechar al máximo los alimentos, evitando el desperdicio que a menudo se produce con conchas.
Esta receta de sal sazonada es sorprendentemente sencilla y económica. Necesitarás cáscaras de cebolla y ajo y sal gruesa.
Para que el proceso sea aún más cómodo, puedes recoger las cáscaras mientras las cocinas y las guardas. Se pueden dejar a temperatura ambiente o guardar en el frigorífico para su uso posterior.
Paso a paso para hacer sal aliñada:
Comience colocando las conchas en una bandeja de aluminio que se pueda colocar en el horno. El objetivo aquí es deshidratarlos para que se puedan incorporar a la sal de forma eficaz.
Para mantener un mejor control sobre el proceso, se recomienda utilizar una temperatura baja en el horno. Tenga cuidado, ya que las cáscaras demasiado tostadas pueden provocar un sabor a quemado en la sal.
(Imagen: divulgación)
El tiempo de cocción puede variar dependiendo de su horno, así como de la cantidad de conchas que esté utilizando.
Se recomienda cocinar a fuego lento durante cinco minutos aproximadamente y comprobar la consistencia de las pieles.
El punto ideal es cuando estén completamente secos y quebradizos, sin que adquieran un color dorado excesivo. Una vez que alcances esta textura, retíralas del horno.
Luego, simplemente tritúralos en un procesador de alimentos con sal gruesa. Una cucharada de sal suele ser suficiente, pero puedes ajustar la cantidad dependiendo de tu gusto personal y de la cantidad de piel.
La sal no sólo sazona, sino que también ayuda a conservarlas por más tiempo. Con solo la piel del ajo y la cebolla tendrás a tu disposición un sabroso condimento, sin más desperdicio.
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