un cliente del banco Itaú, una de las instituciones financieras más grandes del país, fue víctima de la estafa del préstamo de nómina.
El Tribunal de Justicia de São Paulo (TJ-SP) declaró que el monto del préstamo fue descontado de su salario, pero el cliente nunca recibió el monto.
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Según el proceso, el fraude entre las firmas de la documentación original de la víctima y la utilizada para autorizar el préstamo ha sido claramente establecido.
Como resultado, el Itaú fue condenado a pagar una indemnización por daño moral en el valor de R$ 10 mil. Además, el contrato fue confirmado a través de una agencia en Saquarema, ubicada en Río de Janeiro.
Sin embargo, el cliente de Itaú es residente de Ribeirão Preto, São Paulo; por lo tanto, esta era una prueba más de fraude. El monto en cuestión fue depositado en una cuenta separada, de la que la víctima no tenía conocimiento, incluso en otra institución financiera.
En este escenario, Itaú emitió un comunicado destacando su compromiso de atender las necesidades de sus clientes y mejorar constantemente el proceso de otorgamiento y contratación de créditos de nómina.
Actualmente, esta operación se realiza de forma íntegramente digital y directamente por el cliente, integrando varias medidas de seguridad para garantizar una contratación segura.
Respecto al incidente que nos ocupa, el banco aclara que los préstamos se formalizaron en 2017, sin que el cliente registrara reclamación alguna por los canales internos.
(Imagen: divulgación)
Itaú afirma que recién tomó conocimiento del descontento cuando se inició la acción judicial en 2020, y cumplió con la sentencia en marzo de este año.
Finalmente, en relación al recurso presentado por el cliente, el banco declara su voluntad de cumplir la decisión judicial.
Las estafas relacionadas con préstamos de día de pago son una preocupación creciente, ya que los estafadores emplean diversas estrategias para explotar a los consumidores en busca de crédito.
Este caso, en el que se utilizó la firma falsificada del titular de la cuenta, es sólo uno de muchos enfoques.
Además de la técnica de la firma falsificada, los estafadores pueden, por ejemplo, solicitar información personal a jubilados y pensionados y utilizarla a la hora de contratar servicios bancarios.
Otro ejemplo es cuando algunos delincuentes crean sitios web y aplicaciones fraudulentas que parecen pertenecer a instituciones financieras acreditadas.
En algunos casos, intermediarios maliciosos ofrecen ayuda para obtener préstamos. préstamos consignados, cobrando comisiones excesivas a los consumidores y, a menudo, dejándolos endeudados sustancial.
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