Durante una barbacoa, una niña australiana de 9 años comió un rollo de tocino y huevo y se tragó accidentalmente las cerdas de un cepillo metálico para limpiar barbacoas.
Aunque inicialmente nadie se dio cuenta de la gravedad, la cerda le causó serios problemas al perforar su esófago y golpear una arteria en su cuello.
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La niña desarrolló fiebre alta y, después de algunos síntomas preocupantes, fue trasladada al Hospital John Hunter en Newcastle. Allí, los médicos descubrieron abscesos en su cerebro y la situación se volvió crítica.
Fue trasladada por vía aérea a un hospital de Sydney. Posteriormente se realizó una cirugía para quitar la cerda. Después de un mes de recuperación en el hospital y un tratamiento con antibióticos, la niña se recuperó bien.
(Imagen: reproducción/internet)
Este incidente no es un caso aislado. Un estudio estadounidense reveló que entre 2002 y 2014, alrededor de 1.700 personas acudieron a urgencias por accidentes relacionados con el cepillo de barbacoa, una media de 140 casos al año. Kristen, la madre de la niña, advierte de los peligros de estos cepillos y de la necesidad de concienciarse.
La Comisión Australiana de Competencia y Consumidores (ACCC) sugiere que si un cepillo representa un riesgo para el público, debería retirarse de la circulación. Según la Ley del Consumidor de Australia, los proveedores deben asegurarse de vender productos seguros.
El grupo de defensa del consumidor CHOICE destacó que los cepillos de dientes parilla pueden desgastarse y aflojar las cerdas, convirtiéndose en un riesgo.
Consejos de seguridad
Es imprescindible revisar cepillos y rejillas antes de su uso. La recomendación es cambiar las escobillas anualmente. Como alternativa más segura, puedes utilizar una piedra pómez o cepillos en forma de espiral sin cerdas metálicas.
En respuesta a este incidente, la comunidad local inició una campaña de concientización sobre los riesgos asociados con el uso de cepillos metálicos para barbacoa. La campaña fomenta la comprobación frecuente de las condiciones de la cepillar y sugiere métodos alternativos para limpiar la parrilla.
A través de folletos informativos y talleres, la iniciativa pretende prevenir futuros accidentes y garantizar barbacoas más seguras para todos.