Los arqueólogos suelen encontrarse en una situación peculiar después de excavar sitios arqueológicos, recolectan artefactos y estudian estructuras antiguas: vuelven a enterrar sitios, devolviéndolo todo a su estado original antes de las investigaciones científicas.
¿Pero por qué hacen esto? La breve respuesta involucra cuestiones de preservación, prevención de la erosión, saqueo y daños causados por la exposición a los elementos.
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Sin embargo, un caso reciente en Birdosvaldo, una base militar romana en el Muro de Adriano en Inglaterra, ofrece una oportunidad para explorar esta práctica más profundamente.
Birdosvaldo, construido durante el reinado de Emperador Adriano, fue una base militar romana en el año 120 d.C. w. Situada en el extremo norte de la frontera imperial romana en Inglaterra, la base se extendía aproximadamente 117 km, de este a oeste.
En 2021, un equipo de arqueólogos descubrió la casa de baños de la fortaleza fuera de la estructura principal, un área conocida como asentamientos extramuros, que albergaba a soldados, comerciantes y civiles.
La casa de baños resultó ser un hallazgo valioso que permitió a los investigadores examinar detalles de la vida cotidiana en los fuertes militares del Muro de Adriano.
Después de dos años de estudio, el equipo planea volver a enterrar la casa de baños, un procedimiento que no es raro en los sitios arqueológicos. Esto ayuda a preservar el sitio para que los futuros arqueólogos puedan obtener mejores herramientas y nuevas preguntas para explorar durante las excavaciones.
Excavar sitios arqueológicos inevitablemente causa algunos daños, como la remoción de tierra depositada en las estructuras y la exposición de artefactos frágiles.
Como resultado, las excavaciones se registran en detalle. Tras la investigación, los arqueólogos preservan los artefactos retirados y los que quedan in situ, es decir, en su ubicación original.
(Imagen: divulgación)
A menos que el sitio esté amenazado por futuras construcciones o erosión, la mayoría de los artefactos arqueológicos permanecen prácticamente intactos.
Esto permitirá realizar futuras investigaciones en el mismo ámbito. En Birdosvaldo, por ejemplo, los arqueólogos excavaron el mismo sitio en varias etapas, varias veces al año.
El momento de finalizar la excavación y optar por volver a enterrarla depende de las respuestas que la investigación logró obtener, generalmente relacionadas con el uso y antigüedad del sitio.
El baño de Birdosvaldo, tras revelar sus secretos, será enterrado nuevamente para conservar el espacio.
La falta de mantenimiento es un riesgo importante para los sitios arqueológicos in situ, lo que lleva a varios países a exigir que se vuelvan a enterrar los sitios después de la investigación para poder otorgar permiso para excavar.
Esto se debe a que los artefactos al aire libre están sujetos a deterioro debido a la exposición al sol, fluctuaciones de humedad, erosión, vandalismo, saqueos y visitas no autorizadas.
Antes de volver a enterrar la casa de baños de Birdosvaldo, los investigadores realizan un análisis de los materiales del lugar para evaluar su capacidad de resistir las condiciones atmosféricas y los daños biológicos. Esto incluye considerar animales excavadores y raíces de plantas, entre otros factores.
Para que sea más fácil identificar las trincheras en el futuro, los investigadores suelen añadir una capa de arena limpia o plástico, junto con carteles con la fecha actual.