A vitamina C Es uno de los ingredientes más famosos y versátiles del mercado del cuidado de la piel.
Reconocido como uno de los antioxidantes más potentes para la piel, este activo ofrece una serie de beneficios, desde prevenir el envejecimiento prematuro hasta hidratar y estandarizar la textura de la piel. piel.
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¿Quieres saber más sobre cómo incluir vitamina C en tu rutina diaria de cuidado de la piel? ¡Así que sigue leyendo!
La vitamina C, también conocida como ácido ascórbico, es un antioxidante con propiedades tópicas muy utilizadas en el cuidado de la piel.
Aplicado tópicamente combate los radicales libres y actúa como un potente agente “antiestrés” para las capas más superficiales de la piel. Su acción antioxidante es lo que la hace tan eficaz en el tratamiento de diversos problemas de la piel.
Puede utilizarse para aclarar imperfecciones, proteger la piel, prevenir el envejecimiento e igualar la textura de la epidermis. Se puede aplicar en cualquier momento del día, sin embargo, al usarlo por la mañana potencia el efecto del protector solar, uno de los pasos más importantes para prevenir el envejecimiento de la piel.
(Imagen: divulgación)
La oxidación de la vitamina C es un factor importante a considerar. Al ser un ingrediente volátil, puede oxidarse y perder sus propiedades con el tiempo.
Es fundamental prestar atención a los signos de oxidación, como un cambio de color del producto o un olor fuerte. Si esto ocurre, no es seguro utilizar el producto sobre la piel, ya que puede provocar irritación y efectos nocivos.
Para evitar que la vitamina C se oxide, se recomienda guardarla en un frasco que la proteja de la luz y mantenerla en un ambiente a temperatura ambiente. Estas sencillas prácticas ayudan a preservar la eficacia del producto por más tiempo.
Para facilitar la búsqueda del producto ideal, es importante elegir una formulación que contenga entre un 5% y un 20% de ácido ascórbico, ya que la piel no absorbe más del 20% de este ingrediente. Concentraciones superiores a este límite pueden provocar irritación y otros efectos no deseados.
Las formulaciones pueden variar, incluidos sueros, cremas, liposomas monodosis y ampollas. La elección del vehículo depende de las necesidades y características de la piel.
Para pieles propensas al acné, se puede recomendar un suero seco más ligero, mientras que para pieles maduras, una crema más espesa puede ser más adecuada.
Aunque es un ingrediente seguro para la mayoría de las personas, la vitamina C puede provocar sensibilidad e irritación en algunas situaciones específicas.
Es importante evitar el uso del principio activo en casos de inflamación, irritación, daños en la piel o acné muy activo. También es necesario prestar atención a la hidratación de la piel, ya que la vitamina C puede causar daños si la barrera cutánea se ve comprometida.
La vitamina C es un potente ingrediente activo que pueden utilizar personas de todas las edades, incluidas las mujeres embarazadas y lactantes. Sin embargo, siempre es recomendable consultar con un dermatólogo antes de comenzar a utilizar este o cualquier otro ingrediente activo en tu piel. rutina de cuidado de la piel.