Cuando te enfrentas a un problema, ¿cuál es tu primera acción? ¿Sueles seguir el camino más obvio o piensas en otras alternativas –casi siempre incluso más creativas– para salir del hoyo? Esto es lo que separa a un pensador complejo de un pensador ordinario.
Quienes piensan de forma más compleja tienen una mente única. Siempre prueban enfoques diferentes, que escapan a la superficialidad de la mayoría de las personas. Después de todo, si el conocimiento Tiene muchas capas, ¿por qué limitarse a una sola?
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A continuación se muestran nueve señales de que, de hecho, eres un pensador complejo. Comprueba si te identificas con uno o más temas.
Piensas demasiado
Esto puede ser bueno o malo. Eres el tipo de persona que considera cada detalle y no toma una decisión de inmediato. Esto se debe a que es natural que repases mentalmente todos los escenarios posibles. Es una rutina un poco agotadora, pero para ti es normal.
Y cuestionarlo todo
Para aquellos que piensan de manera más compleja, nada es lo que dicen que es. Todo es motivo para cuestionarse. No de manera petulante, sino para entender si había otro camino a seguir.
También ves patrones que no todos notan al principio.
Los pensadores complejos, al ver todo desde otro ángulo, son capaces de percibir algunos patrones que escapan a los ojos desprevenidos de otras personas. Como secuencias de números, algún tema recurrente en un libro o la solución a un problema.
Las cosas no tienen por qué ser en blanco y negro.
Aquellos que tienen este ritmo de pensamiento también se sienten muy cómodos al comprender que hay ambigüedad En la vida. No todo es sólo bueno y no todo es sólo malo. Existen zonas grises.
Diversas opiniones son bienvenidas.
También aceptan recibir opiniones diferentes a las suyas. Si eres un pensador complejo, seguramente disfrutarás debatir tu punto de vista y comprender lo que otras personas piensan sobre el tema.
Sientes todo – ¡mucho!
Si encajas en este grupo, también eres una persona más sensible. Y, con ello, podrás tener una mejor comprensión de las emociones.
Las grandes preguntas son tu fascinación
¿De dónde venimos? ¿Para donde vamos? ¿Cuál es el significado de la vida? ¿Quién fue primero, el huevo o la gallina? Grandes cuestiones de la humanidad, como éstas, siempre están en la mente de cualquiera que sea un pensador complejo.
Calidad > Cantidad
Para este tipo de personas, profundizar en algo es mucho mejor que decir que lo han hecho varias veces. Esto vale para todo.
Entiendes que estás en constante evolución.
Los pensadores complejos saben que, como dije Raúl Seixas, somos “metamorfosis andantes”. Nada dura para siempre y, a medida que vivimos, evolucionamos y cambiamos. Y debemos estar abiertos a eso.
Licenciada en Comunicación Social por la Universidad Federal de Goiás. Apasionado de los medios digitales, la cultura pop, la tecnología, la política y el psicoanálisis.