Sorprendentemente, los bebés y los niños en edad preescolar son más propensos a exhibir un comportamiento agresivo. A pesar de esto, es importante señalar que debido a la falta de coordinación motora y fuerza, sus acciones suelen ser menos dañinas que las de un adulto.
Para hacer frente a este comportamiento, es fundamental comprender los factores que contribuyen a él y buscar estrategias adecuadas para abordarlo constructivamente.
vea mas
La investigación revela que los cerebros de los adolescentes están 'conectados' para...
4 hábitos de limpieza que debes romper para ser más feliz
Es importante tener en cuenta que el comportamiento agresivo en los niños generalmente disminuye a medida que crecen. Por ello, es fundamental ofrecer un adecuado apoyo e intervención durante la infancia, con el fin de evitar trayectorias vitales difíciles con antecedentes de agresividad. Interviniendo y brindando el apoyo necesario en esta etapa, es posible ayudar a forjar un futuro más positivo y saludable para estos niños.
Los estudios sugieren que la incapacidad para reconocer las emociones negativas en los demás, como la ira, el miedo y la tristeza, se asocia con rasgos insensibles y falta de emoción en la infancia. Estos rasgos pueden incluir la falta de culpa por lastimar a otros, la falta de empatía y una tendencia general a ser insensible.
Cuando un niño no reconoce o no comprende las consecuencias emocionales de sus acciones, puede facilitar que continúen los comportamientos dañinos. La falta de conciencia de las emociones negativas que sus acciones causan en los demás puede conducir a la falta de remordimiento o culpa. Este ciclo puede perpetuar la agresión.
Para entender cada uno de estos procesos, necesitamos seguir el camino que los estudios psicológicos demostrar, explorando cómo la falta de comprensión emocional puede afectar el desarrollo de niños.
Hay dos formas distintas de agresión, cada una con sus propias características emocionales: agresión fría y calculada y agresión caliente y reactiva.
La agresión calculada se caracteriza por el uso intencional de la fuerza para lograr un objetivo deseado. Un ejemplo de esto es cuando un niño ataca a un compañero de clase para robarle los dulces, sin provocación alguna. Este tipo de agresión "insensible" se asocia con rasgos insensibles y falta de emoción.
La agresión reactiva ocurre cuando alguien daña a otros en respuesta a la provocación. Los niños que demuestran agresión reactiva tienden a ser más impulsivos y emocionalmente intensos. Pueden tener dificultad para controlar su ira y tienden a interpretar las intenciones de los demás como hostiles.
Un estudio quien analizó el reconocimiento de emociones en más de 600 niños para investigar la agresión calculada y la agresión reactiva.
En este estudio, los niños fueron expuestos a imágenes de rostros que expresaban diferentes niveles de tristeza, ira, miedo y felicidad, en un orden aleatorio. Se les pidió que identificaran qué emoción se estaba expresando o si no había ninguna emoción presente. Se consideró que factores como la educación de los tutores, la edad y el sexo de los niños se correlacionaban con las emociones.
Estos hallazgos revelaron una asociación consistente entre la falta de conciencia de la ira, el miedo y la tristeza de los demás y el uso de la agresión calculada. En otras palabras, los niños que tienen dificultad para comprender que sus acciones pueden afectar negativamente a los demás tienen más probabilidades de recurrir a la violencia para lograr sus objetivos.
En el estudio se encontró que la tendencia a interpretar las expresiones negativas como si fueran felices era consistentemente relacionado con niveles más altos de agresión reactiva, pero solo durante la primera infancia.
Esto significa que los niños de este grupo de edad que tenían dificultad para reconocer las emociones negativas en los rostros de otras personas y malinterpretó cómo las expresiones felices eran más propensas a mostrar un comportamiento agresivo en respuesta a situaciones provocativo.
Si bien es completamente difícil enfrentar estos comportamientos durante la infancia, lo ideal es entender si el niño tiene tacto para identificar las emociones que son capaces de provocar. Además, sin excepción, lo ideal es mantener el ambiente sano para que el niño entienda el lugar en el mundo.
Amante del cine y las series y todo lo que implica el cine. Un curioso activo en las redes, siempre conectado a la información de la web.