Desde hace años, Brasil enfrenta un gran problema en el mercado de los TV Box, conocidos popularmente como “gatonets”. El uso de estos dispositivos no autorizados permite el acceso a canales cerrados y servicios de streaming a un costo mucho menor o incluso gratis.
Para hacer frente a la práctica, obviamente ilegal, la Agencia Nacional de Cine (Ancine) y la La Agencia Nacional de Telecomunicaciones (Anatel) decidió unir fuerzas y crear un operativo para combatir piratería.
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Con el avance de tecnología, la industria del entretenimiento se separó de la televisión y la radio convencionales de una manera sorprendente. Actualmente, varios tipos de contenido están disponibles, en algunos casos exclusivamente, en plataformas que requieren una suscripción para acceder a ellos.
Sin embargo, no todos los usuarios están dispuestos a pagar las cantidades disponibles y acaban optando por la ilegalidad: la piratería. A través de ella, varios accesos que requieren pago acaban siendo liberados de forma gratuita o por un importe inferior.
En Brasil, por ejemplo, la venta de “gatonets” es muy común, ya que en el país se registran millones de transmisiones ilegales.
Con el crecimiento gradual de los servicios clandestinos, Anatel y Ancine decidieron actuar. Las agencias firmaron un acuerdo de cooperación para combatir la piratería en Brasil y apuntan a erradicar el uso de dispositivos no autorizados con un plan de acción para identificarlos. El tiempo estimado para la operación, según dieron a conocer las agencias, es de 24 meses.
Según Anatel, hay al menos 5 millones de "gatonets" activos repartidos por todo el país. Con esta importante cantidad de dispositivos clandestinos en circulación, la preocupación por la seguridad de los usuarios es grande.
Esto se debe a que, si bien representa un alivio económico (aunque sea ilegal), el consumo de productos pirateados es responsable de la vulnerabilidad de los datos de sus usuarios. Es decir, los delincuentes tienen fácil acceso a la información confidencial de los consumidores de piratería, ya que los productos clandestinos no siguen protocolos de seguridad.
Incluso Anatel, a través de investigaciones sobre teléfonos clandestinos, detectó una malware responsable de recopilar y robar datos de los usuarios. Esto hace que la operación contra la piratería sea extremadamente necesaria, ya que tiene como objetivo proteger tanto a los productores de contenido como a los consumidores.