La poco conocida enfermedad mano-pie-boca, virus del grupo Coxsackie, que se transmite a través de alimentos, contacto personal u objetos contaminados.
Primero, al entrar en contacto con el virus, la víctima comienza a presentar síntomas de 3 a 7 días después del contagio, y los síntomas pueden ser intensos.
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Fiebres que pueden superar los 38°C, intenso dolor de garganta, manchas y ampollas están en la lista de síntomas.
Al menor signo de infección, la persona debe acudir al médico, sobre todo en el caso de los niños, cuyo tratamiento será orientado por el pediatra.
El diagnóstico sólo se puede hacer a través de un profesional. Él, el médico de cabecera o el pediatra, valorará los síntomas y las manchas.
Como los síntomas son comunes a algunas enfermedades, es común que el portador se confunda y no preste la debida atención, pero no caiga en este error.
Acude al médico y solicita las pruebas de laboratorio necesarias para no correr riesgos.
Uno de los principales síntomas es la aparición de manchas rojas o ampollas en manos, pies, así como aftas bucales.
Los síntomas antes mencionados suelen aparecer a partir de los tres días del contagio, pero no son los únicos. Vea mas:
Esté atento a los síntomas y acuda al médico cuando sea necesario.
Por lo tanto, la enfermedad mano-pie-boca, era de esperar que este síndrome pudiera transmitirse a través del contacto humano.
La tos, los estornudos, la saliva y el contacto directo con las ampollas pueden transmitir la enfermedad, especialmente durante los primeros 7 días de enfermedad.
Sin embargo, tenga en cuenta que incluso después de la recuperación, el virus aún puede transmitirse a través de las heces durante unas 4 semanas.
Lo fundamental es mantenerse alejado de las personas infectadas, no compartir objetos personales e intransferibles, y lavarse las manos después de toser, estornudar, etc.
El virus también puede pasar a través de los alimentos, así que lávelos bien antes de consumirlos.
Por tanto, en cuanto al tratamiento, será el uso de medicamentos contra la fiebre, el dolor, antiinflamatorios, medicamentos y ungüentos para el picor y las aftas bucales.
Por último, recordar que el tratamiento siempre debe ser guiado por el médico.
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