Por mucho que las habilidades técnicas adquiridas en la universidad o en la vida cotidiana sean importantes, existen otros factores de comportamiento que influyen en el interés del reclutador en su trabajo. La forma en que te comportas puede ser incluso más decisiva en la contratación que los factores prácticos.
Según datos obtenidos a través de una investigación publicada en el sitio web estadounidense Career Builder, con la participación de más de 2,1 mil reclutadores y profesionales de recursos humanos, el 77% de los encuestados dio un peso similar a la técnica y la personalidad al evaluar a un candidato para el potencial contratación.
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De esta forma, la forma en que una persona se comporte o realice sus acciones afectará directamente a la decisión de selección, si se enfrenta a dos candidatos con currículos similares. Pero quizás te estés preguntando, ¿por qué es esto tan importante? La principal razón es que tu perfil de comportamiento dice mucho de tu capacidad para adaptarte a un nuevo entorno laboral y, de esta forma, traer buenos resultados a la empresa.
Su influencia va más allá. Cuestiones como la resolución de problemas, la motivación y la gestión de personas están totalmente entrelazadas con las habilidades conductuales de un profesional.
La encuesta también trae las 10 características de personalidad más solicitadas en el proceso de evaluación del potencial de los empleados. Se enumerarán a continuación:
1 - Ética: Se refiere a un conjunto de valores y normas que guían la conducta del empleado para que conserve una reputación positiva en el ambiente de trabajo. El profesional ético se valora por respetar a sus compañeros y clientes, ser honesto y digno en cualquier situación, sabe escuchar críticas y sugerencias y también mantenerse alejado de chismes y malos comentarios intencional.
2 – Seguridad: Un empleado seguro es aquel que confía en su trabajo, sabe hablarlo con precisión, expresa sus ideas directivos, sabe justificar sus sugerencias y, además, es capaz de escuchar críticas y sugerencias sin sentirse abajo.
3 – Actitud positiva: Los profesionales con actitudes positivas piensan en las posibilidades más que en las limitaciones, agradecen a las personas que colaboran para su crecimiento profesional, no se dejan paralizar por el miedo y son grandes comunicadores.
4 – Automotivación: Este tipo de colaborador no solo inyecta energía a su propio trabajo, sino que también influye en la positividad de su equipo y compañeros de trabajo. Independientemente de las situaciones a las que se vean sometidos, entiende que si lo contrataron es porque tiene un valor para agregar a la empresa, por lo tanto, trata de hacerlo lo mejor posible y siempre busca evolucionar profesionalmente
5 – Trabajo en equipo: Las personas que saben trabajar en equipo son confiables, se comunican bien, saben escuchar lo que otros tienen que decir, siempre están dispuestas a participar en actividades y realizar tareas que conducirán al equipo a su objetivo, son flexibles y saben adaptarse según las necesidades de sus compañeros, son comprometidos y están siempre dispuestos a trabajar hasta lograr sus objetivos logrado.
6 – Organización para gestionar múltiples prioridades: Este tipo de profesional es considerado un actor clave en la organización, ya que sabe afrontar las distintas situaciones de forma planificada. Suelen ser grandes gestores de crisis, además de ser muy fáciles de asumir posiciones de liderazgo.
7 – Capacidad para trabajar bajo presión: Si bien no es motivador trabajar bajo presión, es necesario que el profesional adquiera esta habilidad y sepa lidiar con las diferentes situaciones del entorno laboral.
8 - Eficacia en la comunicación: Este tipo de profesionales son fáciles de expresar, son productivos en las reuniones, saben argumentar sus ideas, son buenos asesores y evitan el ruido en la comunicación.
9 – Flexibilidad: Las personas consideradas rígidas suelen tener problemas en las relaciones interpersonales y no saben reconocer sus errores. Es por ello que la flexibilidad se ha convertido en una característica infravalorada dentro de las empresas. Los profesionales flexibles saben ceder y exigir, tratan de entender la visión contraria, saben ceder en favor del otro si tiene razón, transforman las actitudes defensivas en constructivas y son equilibradas en su decisiones
10 – Confianza: El colaborador confiado no se deja abatir por críticas o sugerencias. Es quien confía en su desempeño y transmite este sentimiento a sus compañeros de trabajo, lo que tiende a potenciar la motivación de todos en la realización de tareas para lograr buenos resultados.