O Melón São Caetano es una enredadera maleza de la familia de las cucurbitáceas. Su origen proviene de regiones como África y Asia, pero ya es posible encontrarlo en todas las regiones de Brasil. Su nombre puede sufrir variaciones como “melón pequeño”, “pepino amargo” y “hierba de San Caetano”. Su uso en relación con la diabetes es bien conocido, existiendo incluso investigaciones científicas sobre el tema.
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Se realizaron investigaciones para comprender la correlación entre estos temas. Según dichos estudios, este melón realmente contribuye a la reducción de los índices de diabetes, ya que tiene en su composición principios activos conocidos como “insulina verdura”: charantina o polipéptido-p.
Ambos tienen una estructura molecular muy similar a la de la insulina. Debido a esto, logran “engañar” a los receptores de insulina de las células, haciendo que realmente consuman el azúcar.
Además, Melon de São Caetano también evita que el hígado libere azúcar almacenada, llamada glucógeno, en la sangre; contribuyendo a una mayor sensibilidad a la insulina en los receptores celulares; estimular al páncreas para que produzca más insulina; disminuyendo la absorción de azúcar en el intestino, entre otros beneficios.
Se trata de un melón cuyo consumo se puede considerar polivalente. Cocinar y comer la fruta a diario es una de las opciones de consumo. Además de esto, también es posible beber té de la hoja, manteniendo la proporción de 10g por cada litro de agua caliente.
Se puede encontrar en forma embotellada, llamada “tintura”. O incluso, en forma de cápsulas, para no sentir el amargor. En este formato, es necesario mantener la ingesta diaria de 20 a 40 mg/kg, repartidos en 3 tomas al día. Recordando que siempre es bueno evitar ingerir las semillas, ya que son más tóxicas.
Además, es necesario tomar un descanso de 2 semanas, cada 3 meses, para evitar los efectos secundarios. Niños hasta los 10 años, así como mujeres embarazadas, madres lactantes y parejas que intentan tener hijos, es importante evitar su consumo.