Frente a la costa de Italia, los buzos hicieron un descubrimiento sorprendente: restos de un viejo barco romano, de más de 2.000 años, han sido identificados en el puerto de Civitavecchia, a 80 kilómetros al noroeste de Roma.
Data del siglo I o II a.C. C., el carguero está repleto de ánforas, tinajas romanas de terracota utilizadas para almacenar y transportar productos de la época.
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Sorprendentemente, las ánforas se encontraron prácticamente intactas, como si el tiempo se hubiera congelado. La división de arte de la fuerza de seguridad italiana emitió un comunicado destacando la importancia de tal descubrimiento.
Aunque todavía no se sabe a ciencia cierta cuál era la finalidad de las ánforas a bordo, es habitual que sirvieran para transporte de mercancías como aceite de oliva, vino y salsa de pescado, productos ampliamente comercializados en el mundo mediterráneo antiguo Oriental.
Este hallazgo histórico es un ejemplo importante de los peligros que enfrentaban los barcos antiguos en su intento de llegar a la costa y presenciar las antiguas rutas comerciales marítimas.
El policía responsable del hallazgo resaltó la importancia de este evento, señalando que la ubicación de los barcos hundidos no es tan inusual como parece.
En 2018, se encontró un buque mercante griego de más de 2400 años frente a la costa de Bulgaria, que luego se conoció como el naufragio intacto más antiguo del mundo.
Además de este, ya se han encontrado en el mar Egeo al mismo tiempo decenas de otros naufragios que datan de las épocas griega, romana y bizantina.
(Imagen: Divulgación)
A lo largo de los años, se han descubierto varios episodios de naufragios mucho después de haberse hundido. Estos increíbles hechos históricos nos permiten adentrarnos en el pasado y desentrañar fascinantes episodios de la antigüedad.
Un ejemplo notable es el buque Vasa, un imponente buque de guerra sueco que se hundió en 1628 y fue rescatado casi 333 años después, en 1961.
Barcos naufragados surgen de las profundidades del océano para revelarnos secretos del pasado y transportarnos a una época perdida. Cada descubrimiento es una ventana a la historia y una oportunidad para aprender más sobre las aventuras y tragedias que tuvieron lugar en alta mar.