Unos 50 años después, Rusia vuelve a preocuparse por las misiones espaciales. El viernes pasado (11), el país lanzó el llamado Misión “Luna-25”, que pretende hacer aterrizar un robot del mismo nombre en la superficie de la luna.
El título de la actual misión es un homenaje a la última realizada por Rusia, “Luna-24”. Pero esta vez, el alunizaje se produce en el lado sur de la estrella, donde hay mucho hielo, lo que llamó la atención de los programas espaciales de otros países.
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La nueva misión ha estado en desarrollo durante años, lo que garantiza un gran estudio científico del lugar donde se llevará a cabo la misión.
Según la información, Putin nunca renunció a las misiones lunares, creyendo que, a través de la exploración espacial, su país puede recuperar fuerza en la comunidad internacional.
El lanzamiento, que tuvo lugar el pasado viernes por la mañana, se realizó con un cohete Soyuz y partió desde la plataforma “Vostochny”. 80 minutos después del lanzamiento, el aeronaveLuna-25 fue redirigido a la luna.
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Se espera que la aeronave llegue a la órbita lunar el próximo miércoles (16) y aterrice el 21 de agosto.
Según lo que debaten los expertos, esta misión es parte esencial del plan de Putin para reconquistar y reconstruir Rusia.
El plan, que existe mucho antes del estallido de la guerra con Ucrania, forma parte de la idea del líder ruso de llevar a cabo su reconstrucción postsoviética.
Así, la misión “Luna-25” es vista como un instrumento para abrir nuevos horizontes para el país, que sufre varias sanciones de la occidentaldespués del comienzo de la guerra en Ucrania. Putin ve la misión como un contraataque a los países occidentales.
Este es el primer intento después de su éxito en las décadas de 1950 y 1960, cuando el país lanzó el satélite Sputnik y el primer astronauta al espacio, Yuri Gagarin.
El momento sucedió durante la Guerra Fría (de 1947 a 1991) como una forma de fortalecer su poder contra la NASA, la Agencia Espacial de los Estados Unidos.