En las últimas décadas hemos visto un aumento significativo en el porcentaje de personas diagnosticadas con los más variados problemas de salud mental, con especial énfasis en depresión y el ansiedad.
Recientemente, una investigación realizada por investigadores de la Universidad Pompeu Fabra, en Barcelona, España, parece haber encontrado el origen de este problema crucial en la vida moderna.
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Según los científicos, un cruce entre Homo sapiens y los denisovanos (una raza humana extinguida hace decenas de miles de años), ocurrido hace unos 60.000 años, desencadenaron la aparición del gen que regula negativamente nuestro estado de ánimo.
Este descubrimiento sólo fue posible después de la secuenciación genética del ADN humano moderno. Con él, los investigadores descubrieron una variante genética influenciada por el gen denisovano SLC30A9, que, aparentemente, es responsable de las inestabilidades emocionales que se observan hoy en día.
(Imagen: divulgación)
Los expertos responsables de la investigación llevada a cabo en la Universidad Pompeu Fabra afirman, en el ámbito del estudio, que la mutación genética responsable de los problemas de salud mental, actúa desregulando la distribución del zinc en todo el cuerpo, lo que en última instancia perjudica el humor.
Esto ocurre porque el suministro de serotonina, el neurotransmisor conocido como “hormona de la felicidad”, también se ve afectado frontalmente.
La investigadora Elena Bosch, coautora del estudio, comentó este “detalle”.
"Descubrimos que esta mutación ciertamente tenía implicaciones para el transporte de zinc dentro de la célula", dijo.
Este gen, que surgió con la concepción de la primera mitad denisovana, mitad denisovana Homo sapiens, se extendió a través de poblaciones humanas que vivían en Asia, quienes luego emigraron a Europa y América.
El “lado bueno” de la mutación
El estudio también señaló que la mutación que se produjo en el cruce entre Homo sapiens y los denisovanos crearon una población de humanos más resistentes al frío.
Otro profesor, Rubén Vicente, también interactuó con el estudio e hizo esta observación.
“Elena se puso en contacto conmigo porque su equipo había observado un cambio en un aminoácido en un transportador de zinc, que era muy diferente entre las poblaciones de África y Asia hoy”, dijo. “A partir de ahí empezamos a hacernos preguntas y a buscar respuestas”, concluyó.
Según el profesor Vicente, la mutación ligada al zinc afectó el metabolismo de estos individuos, haciéndolo más rápido. Esto desencadena reacciones que ayudan al cuerpo a afrontar mejor el resfriado.
Esta característica fue fundamental para las poblaciones de denisovanos y Homo sapiens resistir el frío extremo que azotó Asia en la última Edad del Hielo.
En cualquier caso, este “superpoder” trajo como efecto colateral una marcada predisposición a padecer problemas psiquiátricos, que afectaron no sólo a estos antiguos humanos sino también a poblaciones posteriores, llegando a incluso EE.UU.
Entre los problemas que pueden estar relacionados con este gen se encuentran, además de la depresión y la ansiedad, la anorexia nerviosa, trastorno de hiperactividad, trastorno del espectro autista, trastorno bipolar, trastorno obsesivo-compulsivo y esquizofrenia.
Licenciada en Historia y Tecnología de Recursos Humanos. Apasionado por la escritura, hoy vive el sueño de trabajar profesionalmente como redactor de contenido web, escribiendo artículos en diferentes nichos y formatos.