En estos periodos de intenso calor, el aire acondicionado aparece como un salvador indispensable, aportando el alivio necesario. Sin embargo, un mayor uso de este dispositivo puede provocar un aumento sustancial de la factura de electricidad, que a menudo supera los 100 reales.
Esta realidad nos deja a muchos de nosotros frente a una pregunta: ¿cómo mantenemos nuestros hogares cómodos sin suponer una carga para nuestras finanzas?
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El aire acondicionado funciona quitando el calor del ambiente y expulsando el aire caliente al exterior. Este proceso consume mucha energía, y si no se utiliza correctamente, puede suponer un aumento del 50% al 60% en tu factura energética.
Para optimizar su uso, es importante encender el aire acondicionado sólo en habitaciones con gente.
Además, se recomienda mantener cerradas las ventanas y persianas para evitar la entrada de aire caliente y luz solar, lo que ayuda a mantener estable la temperatura interna.
El mantenimiento adecuado del dispositivo es crucial para garantizar su eficiencia. Los filtros limpios facilitan el intercambio de calor y contribuyen al ahorro de energía. Un electrodoméstico en buen estado reduce el esfuerzo necesario para enfriar el ambiente, lo que se traduce en una menor factura energética.
Elegir el dispositivo adecuado también marca la diferencia. La compra de aires acondicionados con sello Procel o calificación “A” del Inmetro, lo que indica alta eficiencia energética. Estos dispositivos utilizan menos energía para lograr el mismo nivel de refrigeración.
Sin embargo, es importante dejar clara la importancia de ajustar el aire acondicionado a una temperatura de confort entre 24°C y 25°C. Las temperaturas más bajas exigen más energía, lo que aumenta los costos. Mantener la temperatura en este rango garantiza el confort sin impactar significativamente en la factura energética.
Incorporar tecnologías inteligentes en tu hogar puede ser un paso eficaz hacia una mejor gestión del consumo de energía.
Estos dispositivos no sólo facilitan el día a día, sino que también ayudan a optimizar el uso de recursos como la electricidad. Algunas de estas tecnologías incluyen: